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El Levante español celebra la llegada del verano con su luz infinita, sus playas doradas, su gastronomía exquisita y un clima inigualable. Una estación que potencia, sin duda, el turismo y la hostelería, convirtiendo la región en uno de los destinos favoritos tanto a nivel nacional como internacional. El verano no es solo una estación del año, es el corazón palpitante de la economía levantina. El imán de las Playas Levantinas Desde la Costa Blanca en Alicante hasta la Costa del Azahar en Castellón, las playas del Levante son un imán que atrae a millones de visitantes. Sus aguas cristalinas, arenas finas y la oferta de deportes acuáticos convierten a estas costas en un paraíso para quienes buscan disfrutar del sol y el mar. Cada año, las banderas azules que ondean en estas playas son un testimonio de su calidad y seguridad, atributos esenciales para cualquier destino turístico de primer nivel.

El verano en el Levante español es sinónimo de sol, playa y, por supuesto, una gastronomía única que refleja la riqueza cultural y la variedad de ingredientes frescos de la región. Entre los productos estrella que dominan las mesas durante esta época del año, destacan dos platos emblemáticos: la paella y el gazpacho. Estos platos no solo representan la identidad culinaria de la región, sino que también son el reflejo de la historia y las tradiciones mediterráneas. La Paella, el emblema de la Comunidad Valenciana La paella es uno de los platos más icónicos de la Comunidad Valenciana y, por extensión, de toda España. Su origen se remonta a la zona de la Albufera, cerca de Valencia, donde se cultivaba arroz desde tiempos antiguos. La receta tradicional de la paella valenciana incluye ingredientes como arroz, pollo, conejo, judías verdes (bajoqueta) y garrofón, una variedad de frijol típico de la región.